Apartamento > un lugar que sí existe
Un buen día alguien se cansó de la sarta de mentiras de las revistas de decoración, de la frialdad de los catálogos de las tiendas de muebles, y del orden y la fatuidad de los cuartos, baños y cocinas existentes en ese extraño concepto denominado “deber ser”.
Ese alguien, o más bien ellos, fueron el fotógrafo Nacho Alegre y el director de arte Omar Sosa, ambos españoles, quienes en 2008 decidieron crear Apartamento, una revista convertida en el manifiesto más sincero y auténtico de la domesticidad.
Como si fuese un himno emancipador pidiendo poner fin al yugo de los inventarios de Ikea, Apartamento muestra de una manera muy armónica y sutil los interiores de viviendas reales, tal y como son un día cualquier sin la advertencia de que un fotógrafo la visitará para hacer magia; el espíritu de rincones con historias contadas por sus propios protagonistas que no son decoradores, sino simples mortales que buscan comodidad y un mundano concepto de belleza y, sobre todo, la parte más vital y humana de la arquitectura.
Divorciada absolutamente del glossy paper y hermanada con el ecológico mate (hoy una total normalidad, en 2008 toda una novedad), en sus páginas podemos ver paredes con grietas y filtraciones, muebles reparados y blancos añejados por el paso del tiempo.
Es como una revista pornográfica donde los modelos tienen barriga, cicatrices y no están depilados.
Con dos ediciones al año, Apartamento muestra hogares, no quirófanos. Perímetros hechos por y para personas consientes del mundo en el que vivimos y al que se enfrentan con mucha creatividad.
En palabras de Marco Velardi, su actual editor en jefe, Apartamento “no muestra interiores pulcros y ordenados porque esos no existen fuera de la imaginación de tu mamá”.
