
Front row del Fall-Winter 2015, porque lo que importa es quién está en primera fila
Hace unas semanas, Tom Ford rompió todas las expectativas de editores de moda, fashion bloggers y demás followers de las semanas de la moda. El diseñador texano, al darse cuenta de que su desfile en la London Fashion Week estaba agendado para la mañana del lunes 23 de febrero, decidió cambiarlo, no solo de fecha, sino también de ciudad.
Ford, absolutamente consciente de que mientras él estuviera presentando su nueva colección en una gélida mañana londinense, todo Hollywood estaría embriagándose en burbujas en el after party que organiza Vanity Fair con motivo del Oscar, decidió contactar a la organización del fashion week británico para informarles su decisión: “No seré parte de su evento”.
“Mi desfile estaba programado –en el calendario londinense– para la mañana después de la entrega de los Oscars, así que… ¿cuánta repercusión en la prensa internacional iba a tener”, dijo sin temor a ser condenado por los más obstinados.
“¿Cuál es mi objetivo? ¿Preocuparme por los periodistas de moda y crear algo que, en su mundo, es de máxima relevancia? ¿O crear algo que ya es relevante y también exitoso? No haré algo que sea solo exitoso y no relevante”, espetó a los medios, advirtiendo que se presentaría en Los Ángeles dos días antes de la máxima cita del espectáculo de Occidente.
Tom, adorado por las celebridades, se hizo acompañar por una lista de personajes -y no personas- que, aunque en número fue reducida, en importancia fue colosal. Beyoncé, Jay Z, Jennifer Lopez, Julianne Moore, Miley Cyrus, Scarlet Johansson, Sofia Vergara, Gwyneth Paltrow, Jared Leto, Reese Witherspoon, Naomi Campbell y Fergie, fueron algunas de las celebridades que -iPhone en mano- le aseguraron a Ford traspasar la frontera de los sabiondos de la moda, esos que pronuncian a la perfección “Proenza Schouler”, y llegarle a todo el mundo -con dinero y ganas de vestirse bien-.
Sin darse cuenta, Tom Ford estaba creando -evidenciando- un nuevo-viejo statement: el front row de tu desfile debe estar repleto de estrellas que, aunque no sepan demasiado de moda y tampoco sean el epítome del buen gusto -algunos hasta pueden ser sinónimo de vulgaridad-, tienen millones de seguidores en sus redes sociales dispuestos a convertirte en un trending topic aunque su sueldo de doce años no les alcance para comprarse alguna de las prendas.
La lógica lo dice. Si a mi desfile asiste la estrella que animó el medio tiempo del Súper Bowl, llenaré el stadium. Porque, en los tiempos de Instagram, vale mucho más un foto con cientos de miles de likes que una buena crítica en el New York Times o la revista Grazia.
Beyoncé, Kim Kardashian, North West, Anna Wintour y Virginia Smith en el desfile de Adidas fro Kanye West.
Kate Hudson y Allison Williams en el desfile de Michael Kors.
Anthony Kiedis y su novia en el desfile de Jeremy Scott.
Chris Brown en el desfile de Michael Costello.
Dakota Johnson y Julianne Moore en el desfile de Hugo Boss.
Uzo Aduba, Katie Holmes, Mary J. Blige y Rihanna en el desfile de Zac Posen.
Olivia Palermo y Diana Agron en el desfile de Carolina Herrera.
Maddie Ziegler en el desfile de Karen Walker.
Natasha Lyonne y Waris Ahluwalia en el desfile de Proenza Schouler.
Jennifer Lopez, Patrick Schwarzenegger, Miley Cyrus, Scarlet Johnasso y Amy Adams en el desfile de Tom Ford.