
¡Quiero ser sneakerólogo!
Desde comienzos del siglo XX, las zapatillas, zapas, zapatos de gomas, tenis o sneakers se convirtieron en indicadores de cambios sociales más que de estados de ánimo o discursos individuales. Como parte de la moda indumentaria, han reflejado con anterioridad -incluso a los acontecimientos políticos posicionados en la línea del tiempo de la historia universal-, la revolución de los 60, la rebelión punk y rock de los 70, el estallido del hip hop en los 80 y el esparcimiento del grunge en los 90.
Los sneakers tomaron forma de representaciones estéticas de la cultura actual, la de consumo. Son claros síntomas de lo que está por venir, y su valor como medio de comunicación trasciende al cuero, la malla, el caucho y cualquier otro material con el que esté confeccionado.
Para ellos, veteranos en el culto a los sneakers, como Bobbito García, Elliott Curtis y Frank the Butcher, en combinación con la Skillshare collaborative learning platform, crearon esta cátedra -neoyorquina- que se sale de su espíritu electivo y, aunque coquetea con el molde de educación tradicional, sorprende llenando un vacío en la oferta vocacional.
Un híbrido que combina prácticas presenciales y programas on line en el que examinar los sneakers tratándolos como vehículos de expresión a través de la creación de conceptos propios, análisis de diseños y marcas; parecía una profesión del futuro, pero la música, la moda y el arte urbano desde hace rato que están moviendo la economía como para hacerse de la vista gorda.
Casas de moda como Prada, Hermes y Gucci, esas que tienen cientos de empleados directos en Europa y Norteamérica y miles de indirectos en Asia mayor, despegaron su mirada del charol y voltearon a diseños que, aunque con los mismos precios engreídos, se hicieron más accesibles y cotidianos… Que no es poca cosa.