Seinfeld dejó de procrastinar

Seinfeld dejó de procrastinar

El 14 de mayo 1998 la NBC transmitió el último episodio de Seinfeld, el sitcom que había marcado toda la década de los noventa y había logrado reconceptualizar los métodos de hacer televisión.

En aquel episodio doble, por tratarse del final, la pandilla de Jerry Seinfeld fue sentenciada a prisión luego de que el jurado de un hilarante juicio los encontrara culpables por su indiferencia ante el mal del prójimo, por burlarse del mal ajeno y por su “patético descuido ante lo que es bueno y correcto, dando un pésimo ejemplo y socavando las bases de la sociedad”. Algo que Jerry, Elaine, George y Kramer hicieron durante exactamente 180 capítulos, convirtiéndose en bandera de una sociedad en decadencia.

Luego de ese inesperado final y tras convertirse en el protagonista y creador del show número uno de Norteamérica, surfeando la verdadera cresta de la ola, Jerome Allen Seinfeld, dueño de una fortuna obesa y una fama planetaria, decidió no hacer nada.

Durante años, más allá de algunas apariciones como invitado en late night shows y participar con sus stand up en pequeños especiales de televisión que simulaban la dinámica de clubs de comedia, solo consiguió ostentar el récord Guinness de “la mayor cantidad de dinero rechazada”, al declinar el honor de protagonizar un nuevo show para NBC por el cual ganaría 5 millones de dólares por episodio.

Casi 15 años después todo indicaba que Jerry no tenía un plan B. La procrastinación perpetua parece haber sido la sentencia de aquel juicio, y el comediante tuvo que pagarla después de ser el irrefutable número uno.

¿Cómo será tener tanto éxito y que después no se te ocurra absolutamente nada? Nada, más allá de tener hijos y coleccionar carísimos carros.

¿Cómo convivir con la idea de que todavía hay millones de personas esperándote y no sabes qué hacer? ¿Cómo competir con tu propio legado?

Es desde ese mismo punto de donde surgió la idea. La nada misma. La misma respuesta que pudo conseguir en 1989 cualquier periodista de Variety al preguntarle al propio Jerry de qué trataría Seinfeld.

Es así como nace Comedians in cars getting coffee, un show en formato web (manera de teletransportarse 14 años después) sin más pretensiones que mostrar a unos comediantes tomando café en un carro en movimiento y que mezcla las aparentes tres obsesiones de Jerry: el humor, los carros de colección y la cafeína.

El ciclo, que hasta ahora cuenta con 10 webisodios, muestra la misma fórmula: Jerry llama a uno de sus amigos comediantes, elige uno de sus autos de colección, compran café, se montan y comienzan a andar en una conversación que podría catalogarse como “de gajes del oficio”.

En la primera entrega, seguramente con toda la intención necesaria para disparar el show, el copiloto es el ilustre Larry David, con quien Jerry escribía los guiones de Seinfeld, y el auto es un Wolkswagen escarabajo. La conversación es tan normal como la de dos mentes geniales riéndose de sus propios chistes y evitando no escupir el café en su próxima carcajada.

El segundo convocado fue Ricky Gervais sobre un modelo impronunciable y de precio impagable. Luego Jerry hace de chofer e interlocutor de Alec Baldwin, Michael Richards (Kramer) y Bob Einstein, entre otros pesos pesados de la comedia, contestándose la temible “¿habré tomado la decisión correcta?” y demostrando(se) que todavía es capaz de hacernos reir.

comediansincarsgettingcoffee.com

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