
Víctor Hugo, un prostituto venezolano convertido en arte
La semana pasada se realizó una subasta online en la que se ofrecieron varias fotografías que Andy Warhol le hizo a los clientes más sobresalientes del mítico Studio 54. Aunque la muestra era una galería de verdaderas súper estrellas, entre las que destacaban Mick Jagger, Liz Taylor y el tremendista Truman Capote, fue un lienzo pintado con orina el que alcanzó la mayor recaudación: 93 mil dólares, un verdadero récord para las licitaciones digitales, cada vez más vinculadas al low cost y menos al luxury.
En medio de la pugna entre los coleccionistas, todos maravillados con las fisiológicas técnicas del padre del arte popular, se comenzó a sembrar la duda de si en verdad se trataba de la excreción de Andy o de “un tal Víctor Hugo, un prostituto sudamericano que revolucionó las vidas de Warhol y de Halston a mediados de los setenta”.
Víctor Hugo nació en un barrio popular de Caracas a finales de los años 40, y de un brinco, impulsado por el look saudita de la economía venezolana de la época, se instaló en Nueva York a principios de los 70, encantando a todos con su poblado bigote, su perturbador acento e innegable arribismo, digno de un escalador olímpico.
Fue así como en una noche de 1972, Víctor Hugo conoció a Roy Halston, quien para la época ya era considerado el diseñador predilecto del jet set norteamericano, teniendo como principal clienta a una multimillonaria Jacky Onassis.
Al comienzo de su relación, Halston pagaba por los encuentros sexuales con Víctor Hugo, pero luego poco a poco el venezolano se fue instalando en la vida –y en el lujoso departamento- del modisto, hasta convertirse en una especie de amante-mano derecha, encargándose de la decoración de los escaparates de su nueva tienda en la Madison Avenue. Fue justo ahí cuando Warhol, íntimo amigo de Halston, comenzó su obsesión con Víctor Hugo.
Los cronistas más reservados de la época dieron cuenta del enamoramiento que experimentó el artista, tanto que con él intervino todas las vidrieras de la nueva y pomposa tienda de Halston, utilizando antifaces de cuero, látigos, mordazas y demás memorabilia sadomasoquista, lo que generó un rápido aspaviento del sector más conservador y puritano de la sociedad norteamericana, obligándolos a cambiar la “obscena puesta en escena” por otras menos provocadoras, pero igualmente creativas, logrando despertar la atención de la prensa y creando todo un precedente en cuanto a la manera de hacer vitrinas en los grandes almacenes de Nueva York.
La amistad de Halston y Warhol era tan férrea que compartieron el “amor” de Víctor Hugo, quien se convirtió en el gigoló –concepto que hoy desemboca en el burdo “prepago”- más célebre de las noches de Studio 54, y en el modelo que se repetía constantemente en las imágenes de desnudos que Warhol realizaba. De hecho, el caraqueño es el gran protagonista de Torso Series, un extendido catálogo fotográfico en donde se le puede ver posando desnudo y en posiciones sexualmente explícitas.
Muchas de esas imágenes fueron parte de un gran experimento ideado en aquellas fiestas que duraban más de 18 horas en la famosa Factoría, centro operativo de Andy y headquater de la vanguardia neoyorquina de la época. Warhol le pedía a sus jóvenes y atractivos invitados, y sobre todo a su amante sudamericano, que orinaran encima de las imágenes para que se oxidaran y tuviesen una textura distintiva…
Luego llegaron los 80’s y con ellos el VIH, las siglas que cambiarían para siempre la manera de divertirse de los homosexuales, y la relación entre el adinerado acostumbrado a que sus órdenes sean cumplidas y el humilde dispuesto a todo por dinero. Hoy, tres décadas después, un fotograma de esa psicotrópica y fascinante película se cotiza en 93 mil dólares.
¡Hola!.
Solo una vez yo escuché hablar de este sujeto llamado Víctor Hugo y fue, si mal no recuerdo, en un programa de radio en Vennezuela…. ¡A ver!, creo que el programa radial se llamaba algo así como “Rubén Monasterios y sus corazones solitarios” que lo transmitían de 6:00 pm a 7:00 pm si la memoria no me falla. Lo pasaban por la emisora RQ-910 AM.
Este Rubén Monasterios es un escritor de literatura erótica, tiene libros como “El pájaro insabiable.” y, “Encantos de la mujer madura.” entre otros.
Rubén lo que comentó fue que había un diseñador de escaparates venezolano en Nueva York llamado Víctor Hugo y que él era “extremadamente bien dotado” (lo que es lo mismo decir: pene extremadamente grande) pero en ningún momento Rubén hace referencias a sus medidas ni tampoco menciona que él era amigo de Andy Warhol, de esto me vengo enterando justo ahora.
¿En dónde puedo encontrar yo información detallada sobre la vida de Víctor Hugo y de su “dotación extrema”?.
¿Existen fotos explicitas del pene de Víctor Hugo?
Me gustaría saber (para el autor de éste Post) de dónde él sacó toda esta información.
¡Gracias (excelente post, me gustó mucho leerlo)!.
Chao.
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